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LA HISTORIA DE ELISA PARTE DEL NOSOTROS

Se dice que una de las principales características de los líderes es saber trasladar lo subjetivo del yo al nosotros. No es solamente un estilo. Tampoco la estricta ejecución de las reglas de los libros de texto estadounidenses para la gestión de equipos. Es algo que sale de dentro. Es una actitud cultivada, alimentada y compartida.
Para Elisa Marcon, coordinadora de la oficina de licencias de marketing de De Rigo y gerente de las marcas Tous y Yalea, el término líder podría resultar engorroso e inapropiado. Definitivamente, no fomentaría un espíritu de equipo sano. Un equipo en el que uno se siente parte de algo importante. Un equipo en el que todos se sienten parte de una extraordinaria historia común.
 

Para Elisa Marcon, coordinadora de la oficina de licencias de marketing de De Rigo y gerente de las marcas Tous y Yalea, el término líder podría resultar engorroso e inapropiado. Definitivamente, no fomentaría un espíritu de equipo sano. Un equipo en el que uno se siente parte de algo importante. Un equipo en el que todos se sienten parte de una extraordinaria historia común.
Elisa, una mujer joven polivalente, tiene una habilidad innata para gestionar a la vez las actividades del día a día, tanto del ámbito profesional como del personal, pero lo que llama la atención de Elisa es otra cosa.

Es cómo las gestiona. Con escucha, amabilidad y esa orientación total que logra hacer sentir bien a las personas con las que se relaciona. Aquí es donde el yo da paso al nosotros.

Es aquí, con pequeños gestos, donde los problemas se superan juntos y donde disfrutamos por igual de las metas alcanzadas. Este es el buen clima. No es algo idealizado, sino un modus operandi en el que todos trabajan constantemente para mantenerlo.

Es como un juego de ajedrez donde no hay estrategias ni movimientos preestablecidos, sino una capacidad de diálogo, respaldada por una escucha activa y por la conciencia de que todos siempre tienen algo nuevo que aprender de los demás.

En física, hablaríamos de equilibrios dinámicos. Seguro que, como mínimo, hay dos momentos que han contribuido a que Elisa sea quien es a día de hoy.

El primero es estrictamente personal, una vida a medio camino entre Italia y España y el nacimiento de su hija. Ser madre le ha permitido a Elisa ver el mundo desde otra perspectiva y comprometerse todavía más en dejar a las nuevas generaciones uno mejor que el que se encontró. Con sentido de la responsabilidad. Con un enfoque centrado en los valores fundamentales y la ética del hacer.

El otro momento es, sin duda, el trabajo que desempeña Elisa dentro de De Rigo. Ser parte de un grupo internacional le ha permitido abrir todavía más la mente, al trabajar con realidades y países distintos. Viajar, conocer otras culturas y tener que hablar todos los días con sucursales distribuidas por todo el mundo.

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Concretamente, lo que hace Elisa le permite interactuar con la mayoría de las funciones de la empresa y participar en todas las fases de la creación de gafas: desde los aportes creativos hasta la aprobación de la colección, su presentación a los socios comerciales y la entrega en tienda, colaborando también en la preparación del material para el punto de venta. Desde las estrategias de marketing hasta las gafas que llevan las personas.

 

Lo que se percibe al dialogar con Elisa es el entusiasmo y la pasión que caracteriza su vida laboral. Un trabajo que, por eso mismo, se convierte en una forma de expresión. Se siente afortunada por ello. Se siente afortunada por ser parte de un equipo. Porque Elisa no es un es, sino un somos. Y, si algo va mal, se trabajará para que todo funcione, aunque sea cantando. Porque a Elisa le apasiona la música. Pero eso es otra historia.